¿Es la palabra Sustentabilidad una etiqueta? ¿Puede abordarse la producción artística contemporánea bajo una idea que ayude a pensar un cambio ecológico, social, económico y cultural?  El Arte es interacción, cuando el público ve una muestra o una obra de un artista, esa apertura hacia nuevos puntos de vista puede hacer una diferencia, puede cambiar el mundo. La sensibilidad puede generar nuevas miradas.

Desde el equipo editorial PAN en colaboración con el Centro Cultural Universitario Paco Urondo perteneciente a la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), nos proponemos plantear estas cuestiones y repensar nuevos términos, ideas y acciones mediante: “Arte y Sustentabilidad, Interacciones contemporáneas”, un ciclo de entrevistas a artistas y agentes contemporáneos. Estaremos también trabajando junto al Centro Universitario Tilcara (Jujuy),también perteneciente a la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) con la idea de articular estas acciones de un modo federal, encuentros que revalorizan el patrimonio y el territorio de nuestro país en toda su extensión.

Antecedentes del término

Sustentabilidad es un término “omnipresente” hoy en día, en general asociado a lo económico y lo político. Las ideas progresistas y la reconstrucción post- segunda guerra mundial que caracterizaron los años 60 provocaron una serie de catástrofes industriales y ecológicas. La toma de conciencia de la comunidad internacional frente a esta sobre explotación de recursos tuvo lugar en 1987 con el Informe Brundtland “Nuestro futuro común” cuando la primera ministra de Noruega definió el desarrollo sustentable como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras”. Con esta vasta definición nace el término y más tarde, en los ‘90, se precisa en la cumbre de Río de Janeiro. Desde ese momento, la sostenibilidad fue un referente para el desarrollo, convirtiéndose en el desafío a alcanzar por los Gobiernos nacionales, regionales y locales de todo el mundo. Las principales nociones que abarca son el cambio climático, el agotamiento de recursos, los desechos, la contaminación del aire, la pérdida de biodiversidad y falta de equidad social. 

En ecología, la sostenibilidad o sustentabilidad describe cómo los sistemas biológicos se mantienen productivos con el transcurso del tiempo. Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del límite de renovación de éste.

© Kinetic Garden / Christiaan Zwanikken (NL). Credit: (Cheryl Schurgers

¿Cómo pensar la ecología desde la filosofía?

Timothy Morton** sostiene que la ecología está por sobre lo humano. La crisis ambiental nos obliga a dejar de pensar que el hombre sigue siendo la medida de todas las cosas.

El filósofo británico propone sacar a la naturaleza de la cuestión ecológica ya que está concebida históricamente desde una concepción antropomórfica. La naturaleza se caracteriza por ser estática, constante, por estar siempre ahí. Al contrario, las relaciones ecológicas suponen una contingencia frágil, inestable, un sistema dinámico y simbiótico. 

En consecuencia, Morton propone una nueva idea de ecología: dark ecology, la acción ecológica no tiene que ver con embellecer las cosas ya que cuando entendemos que la escala humana es sólo una entre otras, el concepto de belleza adquiere un toque de asombro o rareza, o hasta de asco.

© © DARV_ Abandoned Land / Lee Jung In (KR/AT) Mihaela Kavdanska (BG/RO/AT) Violeta Ivanova (BG/AT) Florian Weinrich (AT). Credit: vog.photo

¿Qué tiene que ver esto con el Arte?

Los proyectos culturales no nacen de un vacío, salen de nuestra sociedad y dejan un impacto visible a futuro. Según Morton, el arte transforma literalmente el espacio social, es una forma de ocupar – de habitar- el espacio social.

En Arte podemos rastrear vínculos con la sustentabilidad en diferentes aspectos de una obra: en su concepto, en los materiales que utiliza, en las distintas fases del proyecto (preparación, exhibición y eliminación).  Esto abarca tanto los proyectos pequeños como puede ser una sola obra, o los grandes como ser Ferias y Festivales. 

Es primordial que las instituciones culturales se comprometan en este sentido, incluyendo la aplicación de medidas eco-responsables en la producción de exposiciones temporarias en museos (en la concepción, montaje y desmontaje). 

Como curadoras, no podemos eludir la cuestión del transporte de obras y sus modos de fabricación. Podemos hablar de eco-art cuando el fondo y la forma son coherentes. A veces las prácticas más ecológicas no son reivindicadas como tales pero aparecen en los pliegues. Esta cuestión está íntimamente ligada a la dimensión humana y social.

Por supuesto que todo esto implica una inversión humana y financiera importante. Según Pierrete Besse****, esto depende de la buena voluntad y la sensibilización de los agentes culturales y el personal. Hay que generar una motivación común para cambiar los hábitos de trabajo. Por otro lado, los materiales etiquetados ecológicos, al ser nuevos y poco difundidos, son más costosos que los clásicos producidos a gran escala. No obstante, a veces una compra hay que considerarla como un costo diferido más que un costo inmediato (por ej. las lámparas led, para la iluminación de salas, son más costosas pero son sustentables por su mayor duración y menor consumo energético).

Muchas veces el tema de la exposición es el motor que conduce a la toma de conciencia de criterios ecológicos. Pero cuando la muestra no trata de ecología los agentes se sienten menos implicados. 

Por otra parte, hay que buscar soluciones que armonicen la conservación preventiva de las obras con la ecología. En este sentido, se están reviendo y flexibilizando los parámetros de humedad relativa (50%) y de temperatura (18º) exigidos hasta ahora sin considerar la estación y el lugar geográfico. Desde el Instituto de Conservación Getty Los ángeles se favorece la gestión mecánica del clima de las salas con ventiladores y deshumidificadores de bajo consumo energético.

Desde PAN, nos interesa hacer hincapié en la noción de tiempo: reciclar para gestionar el final de la vida de los materiales utilizados en una muestra le otorga tiempo a lo efímero y así se armoniza con el desarrollo sustentable: de este modo, la sustentabilidad y lo temporario dejan de estar enfrentados.

Reconocemos las dificultades de llevar todo esto a cabo pero en cuestión de sustentabilidad es clave subrayar las iniciativas de algunos para inspirar a otros.

Es decir, mostrar que ya se están aplicando criterios de desarrollo sustentable en muchas instituciones y en otras se están delineando es un modo de señalar un posible rumbo con miras al futuro. 

En las próximas semanas dialogaremos con distintos artistas y agentes culturales en un intercambio de voces. Algunos de ellos son:

Patricia Hakim, Ivana Adaime Makac, Francisco Paredes, Emilia Romero, Clara Ponce, Joaquín Fargas, Valeria Conte Mac Donell, Dina Stasta, Paz Pereyra y Andrea Juan, entre otros.

Esperamos que se unan a este espacio de pensamiento para seguir construyendo juntos nuevas maneras de concebir el Arte del Futuro. Pueden encontrarnos en nuestras redes como @comunidadpan.arte para enterarse de las novedades.

*Annett Baumast para Goethe Institute.

** Roc Jimenez de Cisneros. “Timothy Morton: Una ecología sin naturaleza”. Centre de cultura contemporània de Barcelona. 2016.

***Gesa Birnkraut “Evaluation as a matter of change”. Goethe Institute.

**** Pierrete Besse, “Le développement durable dans la production des expositions temporaires”. École du Louvre. 2012.