Partiendo de nuestra idea de expandir las fronteras del arte para llegar a nuevos públicos delineamos el ciclo de talleres: Construir una experiencia juntos en el marco de nuestra alianza con GONTRAN CHERRIER. Una experiencia al aire libre en la terraza de la panadería francesa que propone cruces entre el arte contemporáneo y la gastronomía.
Nos interesa concretar acciones junto a los artistas que forman parte de La Panera y para la primera edición generamos un espacio de reflexión y producción en torno a la técnica del collage coordinado por la artista Luciana Rondolini.
Luciana tomó como referencia el trabajo de dos artistas que participan de la muestra colectiva “Artistas de LA PANERA. Una constelación de ideas” que se exhibe en el Espacio de Arte de GONTRAN CHERRIER. Las artistas elegidas son Carolina Simonelli y Celina Baldasarre. A partir de su trabajo Luciana trazó un ejercicio a realizar durante el encuentro que duró dos horas.
Carolina Simonelli es una artista visual nacida en 1979 en la Patagonia, sur de Argentina. Vive y trabaja en Buenos Aires. Se desarrolló en Publicidad, luego deja este ámbito para formarse durante varios años con distintos artistas argentinos como Karina Peisajovich, Germán Gárgano, Silvia Gurfein, entre otros.
Se inicia en el trabajo del papel como materia en el 2007 y lo continua trabajando actualmente, en una exploración que abarca distintas dimensiones y materialidades, donde el color y los cambios que éste ejerce sobre el ser, son la constante en todas sus obras. El color, maniobrado groseramente, en cantidades que pueden ir desde una pizca a una mancha inmensa que se adhiere abarcando una gran superficie, es una herramienta para provocar estados anímicos. Un contorno es dibujado primero con lápiz, luego las manos dibujan cortando sobre el color una segunda línea que se apoya en el paso de la primera. En su construcción, se generan pequeños accidentes propios del rasgado. En la superposición de los delicados papeles el color se va transformando. El carácter envolvente de su obra, por momentos escenográfico, engendra atmósferas nuevas, distintas.
Celina Baldasarre es arquitecta, vive y trabaja en Buenos Aires.
La madera, el fuego, el carbón, los minerales, son temas recurrentes en su obra y aluden a su interés por el paso del tiempo. Su obra, centrada en el dibujo y el collage, toma al carbón como tema y medio, el lenguaje se expresa a través del material. Transita entre el devenir constante y el pasado cargado de romanticismo, modos de ser arbitrarios que conviven en hojas de papel. Los collages son de pequeño formato y en ellos están presentes secciones de figuras humanas junto con paisajes, rocas y geometrías. El dibujo en tinta o carbón centra y organiza los recortes de papel en blanco y negro seleccionados de revistas de moda. Una vez dispuestas las piezas sobre las hojas en blanco, se configuran fragmentos de mujeres acarreando las exigencias propias y ajenas. Recortadas emergen de un dibujo intrincado, como queriendo escapar de la maraña. Algunas salen, otras quedan atrapadas. Sus sombras son geométricas. Las tipografías se posicionan equilibrando la imagen. Posteriormente el conjunto queda inmóvil, ni el viento puede moverlos, todo es pasado.
En un clima distendido, disfrutando de una lindísima mañana de otoño, Luciana generó un intercambio fluido con cada participante para acompañarlas durante el proceso y guiarlas.
Como cierre del taller, colgamos los trabajos para verlos con otra perspectiva, hacer una devolución a las participantes y apreciar las diferentes maneras de abordar una misma técnica.