Se trata de la muestra 117 de La Línea Piensa, un proyecto de Luis Felipe Noé y Eduardo Stupia destinado a visibilizar los grandes exponentes que existen en nuestro país en materia de dibujo.
En este caso se incorporó la fotografía macro de Susana Cabrera quien desde la curaduría eligió aquellas obras que tuvieran que ver con la línea. También integran la muestra dos textiles con impesión de fotografías propias en pvc, y una serie de dibujos sobre Mylar sobre fondo negro. Especialmente para esta muestra Susana cambió la escala de sus fotografías y por primera vez presente tres obras de casi dos metros de largo que cubren la primer pared de 8 metros de la sala.
Por su parte, Marisa Sosa quien tiene una larga trayectoria en materia de pintura y dibujo, pintura mural y escenografía. Presenta una serie de obras en carbonilla sobre papel donde el detenimiento es la clave para su aprehención. Entre jardines y lugares de mar, estos escenarios llevan un clima propio.
Dice Eduardo Stupia
Susana Cabrera y Marisa Sosa, según la óptica y la herramienta que definen su aproximación sensitiva al dibujo, examinan —cada una a su manera— las manifestaciones y fenómenos físicos de la vida natural y conducen al espectador a través del singular territorio de una geografía compartida. En este raro derrotero, el detalle descriptivo convive con el misterio, y las galas y ornamentos de una botánica inclasificable hacen juego con la sugestión y la sensualidad escénicas.
Dice Susana Cabrera
Desde hace años, trabajando con la naturaleza, tengo la profunda convicción de que la Tierra es una creación de lo Divino, por lo tanto, como humanidad debemos tratarla con esmero. Cuidarla es devolverle la dignidad de lo misterioso, de lo bello, de lo sublime.
Dice Pía Dalesson sobre la obra de Cabrera
“Con los ojos aún colmados del origen. Con las manos no agarrándose más que de la luz”, dice un poema de Yves Bonnefoy. Las obras de Susana Cabrera son un modo de expandir la conciencia. Sobre un encaje de hoja, las nervaduras llevan el paso del tiempo, el flujo de vida, la savia curadora. Un microelemento que contiene toda estructura, con el consentimiento de la luz, da cuenta de la fuerza que fluye. Un acercamiento microscópico a partir de la fotografía, que deviene dibujo, línea, destello. Levantar la mirada y rever por primera vez el aura, el todo, la nada, una hoja traída por el viento, incluso una espina, en constante cambio.
Dice Marisa Sosa
Las marañas son líneas orgánicas que cruzan el papel de manera visceral formando densos tumultos que crecen y se multiplican como paisajes resecos y oscuras aguas estancadas. Estas formas entramadas fueron creadas para anteponer una veladura a la realidad; así, también pueden aparecer sin intención alguna en lo más profundo de los pensamientos. Como redes de ramas que asfixian, hunden y ocultan, están tanto fuera como dentro de uno. Estos nudos internos a veces se descubren y, ante el deseo de resolverlos, se disipan provocando un descanso en el blanco del papel, donde la línea desaparece y la visión se aclara y se abre a la posibilidad de planificar.
En la serie de dibujos con carbonilla predomina la imagen del paisaje, desde la figuración palpable hasta la casi abstracción de ciertos acercamientos a estas formas. Cargadas de simbolismo y contenido conceptual, pueden a la vez despegarse del mensaje para reposar en el tratamiento, las líneas, las manchas y la composición. Esta propuesta intenta dialogar con el espectador desde dos lecturas posibles: la que carga con una gran temaática sociopolítica y la que presenta paisajes en movimiento, donde me siento con fluidez para hablar desde mí.
Dicen Luis Felipe Noé – Eduardo Stupi?a
Cuando iniciamos el ciclo de La Línea Piensa en el mes de mayo del año 2006, nos propusimos la tarea de rescatar y exhibir aquellas maneras y formas de la práctica del dibujo que se destacaran por la autonomía y la invención poética en los lenguajes de la línea antes que por la sujeción y el sometimiento de estos a la hegemonía de la representación. Huelga decir que, hoy en día, ese pequeño manifiesto ha quedado saludablemente desactualizado, habida cuenta del modo en que el dibujo se ha expandido, desarrollado y transformado en el heterogéneo concierto de las prácticas estéticas actuales, diluyendo sus propias fronteras y salteando sus límites conceptuales como disciplina, y se ha convertido en un campo que sigue expandiéndose y revelando nuevas e inesperadas fisonomías.
La muestra puede visitarse de miércoles a domingo de 14 a 20 hs, en el Centro Cultural Borges. Viamonte 525, CABA. Cierre de la muestra: 6 de noviembre