A 200 años del nacimiento de Karl Marx (1818-1883) nos preguntamos qué ha sido de la influencia de los conceptos de este pensador alemán en el arte contemporáneo.
Durante la época post-industrial y en lo que al ámbito artístico dominante concierne, las ideas marxistas parecen haber quedado relegadas bajo el dejo de lo pasado de moda. En pleno contexto de boom financiero, el éxito de las economías creativas y su valoración del capital intelectual, ya no físico, glorificó el modelo de artista-celebridad apoyado por un mercado que no dudó en marcar nuevos récords. A modo de ejemplo podemos mencionar la adquisición de la obra “For the love of God” (2007) de Damien Hirst por 50 millones de libras esterlinas.
Un año más tarde, en el 2008, el legendario Lehman Brothers vino a bajar el volumen de la fiesta. El banco de inversión se declaró en bancarrota lo cual derivó en el desplome de lo que fue todo un modelo de negocios imperante hasta ese entonces, mostrando lo frágil e interconectado del sistema.
Siete años después, el curador de la la 56a Bienal de Venecia, Okwui Enwezor, se propone buscar políticas curatoriales alternativas para revisar el devenir del arte contemporáneo destacando relatos que pudieran estar por fuera de la cultura dominante. De esta manera, el otrora Director de la Haus der Künste de Munich, vuelve a abrirle las puertas del mundo del arte a Karl Marx poniendo en diálogo su trabajo curatorial con la obra literaria Das Kapital. Con dirección de Isaac Julien, dicha obra sería leída durante toda la duración de la Bienal, articulandose con diversas actividades y acciones artísticas.
Desde esta perspectiva, tanto las dinámicas de trabajo como los contenidos social y políticamente comprometidos ganan terreno. Se retoma la idea de arte como labor, los artistas se organizan bajo modelos de gestión y producción alternativos, colaborativos y colectivos. Las agendas internacionales engrosan sus listas con temas urgentes. Es desde este lugar que Okwui Enwezor convoca a los artistas y sus obras a participar de uno de los eventos más importantes del mundo artístico.
Nos encontramos frente a la creciente visibilidad y avance internacional de numerosos intereses y sectores que hace tiempo pujan desde los márgenes más rotundos. El arte encausa con nuevos bríos este sin fin de voces cuestionando desde su lenguaje a la cultura dominante. Feminismo, inmigración, género, decolonialización, afrodescendencia, etc., son algunas de las temáticas que abordan los nuevos lineamientos legitimadores de bienales, museos, galerías y ferias.
Sin embargo, es justamente aquí donde deberíamos recordamos nuevamente a Marx y su acertado análisis sobre la lógica propia del sistema. No es poco común encontrar obras de gran poder cuestionador que hayan sido financiadas y adquiridas por grandes empresas. ¿Que nos indican tales aparentes contradicciones?. Frente a cualquier amenaza y con el objetivo de no perecer, un organismo debe encontrar la forma de neutralizar el poder destructivo del agente extraño siendo la incorporación muchas veces la mejor manera de hacerlo. En este sentido, el sistema imperante, que ya no puede seguir sosteniendo tan fácilmente sus fronteras frente a las voces críticas, buscará siempre incorporarlas, ensanchando sus límites, sí, pero también bajo el eterno intento de volver funcional lo que antes resultaba cuestionador y destructivo.
Si la cultura dominante tiene su propia lógica, el arte también y por ella siempre será nuestra mejor alternativa, la constante búsqueda de la posibilidad de vislumbrar lo que aún no hemos llegado a ver.
Todas las imágenes pertenecen al proyecto “Después de Marx” coordinado por el Goethe-Institut Uruguay y la Embajada de Francia en Uruguay. El mismo convocó a los artistas Various&Gould (Alemania), Vince (Francia) y Min8 (Uruguay) a reflexionar sobre el tema plasmando sus obras en el túnel de 8 de Octubre en Montevideo (septiembre, 2018).
