Descubrir el pensamiento de una artista joven argentina como es Luciana Rondolini, es atravesar capas de sentido, cuestionar el consumo, lo ilusorio, el lujo, la ambigüedad, de aquellas cosas que nos atraen y a la vez nos hacen ruido en esta sociedad contemporánea.
Luciana tiene un currículum ‘denso’ para su edad: publicaciones y exhibiciones internacionales, clínicas de arte en Di Tella y Proa, entre otras, y su paso por galerías del circuito contemporáneo como Galería Ruby. “Calamidad Cósmica” se encuentra entre una de las obras más recordadas, finalista del Premio Petrobrás en arteBA en 2012. Consistía en un hielo coloreado y aromatizado de 2 x 1 m, que se derretía a medida que pasaba la Feria.
Actualmente es artista de la Galería Del Infinito y exhibe en Colección Fortabat una muestra en diálogo con la artista surrealista Mildred Burton, curada por Gabriela Francone, que puede visitarse hasta el 21 de abril.
Este lugar sostenido dentro del mundo del arte contemporáneo, tal vez se deba a que sus obras, por el atractivo visual que generar, la acercan a un público que no es justamente sólo del mundo del arte. Sus imágenes circulan por redes sociales, son pregnantes y actuales. Casi podríamos definirla como artista pop.
Al preguntarle sobre algún referente de la Historia del Arte, Luciana elige a Peter Paul Rubens, y en nuestro diálogo me cuenta que una vez se sorprendió en escuchar que la pintura de este artista, con sus poses y sensualidad frente al espectador, es la antecesora de la fotografía contemporánea.
Luciana en algunos casos, utiliza personajes o íconos de la moda y de la música. Lady Gaga, Justin Bieber, imágenes de Vogue, logos de marcas reconocibles internacionales. Sin embargo, y como me transmite de forma muy clara, existe en esta elección una “lucha por lo ilusorio”, por cuestionar aquello que está detrás de esta apariencia, de lujo y fama efímeros.
¡Qué atractivas resultan al ojo las gemas brillantes que recubren bananas y diferentes frutas! Frutas que se irán pudriendo por dentro. En un claro guiño a la obra de Damien Hirst estas gemas que simulan una apariencia ilusoria y rica, son simples objetos de decoración comprados en Once, que en combinación con la comida, cuestionan apariencia y esencia.
También la relación con el material es un aspecto en el que la artista pone el acento.
Por un lado la elección de materiales baratos, como las gemas de plástico, hielo o frutas. Trabajar con este tipo de materiales (baratos y perecederos) es una constante. La elección de incluir comida es otra manera de cuestionar cuestiones cotidianas que invitan a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo.
Por otro lado, la relación con la temporalidad. Como en su momento fue el helado derritiéndose, hoy muchas de las obras más actuales incluyen el enduido. Este material le permite ahondar en la búsqueda por captar un momento, ya que el enduido se endurece en el proceso de movimiento. El enduido que se quiebra y es económico simula materiales mas nobles y duraderos, como las molduras y las maderas talladas.
También la inclusión de este material hace referencia a lo antiguo, en contraposición al mundo opuesto de las modas pasajeras. Luciana vivió durante su infancia en una casa de más de cien años. La calidad de los objetos, las molduras, la madera tallada, nos acerca a un mundo más estable, a una estructura sólida.
En este sentido la obra en la que está trabajando actualmente, unos dibujos Edificios/Tortas en diálogo con la obra de Roberto Aizenberg, nos remiten a la protección del hogar y estructuras sociales como son el Matrimonio y la Familia. Con estas obras está preparando un libro junto a Ronda Editorial que saldrá a la luz este año.
Lo femenino surge tanto en relación a la muestra del Fortabat como a toda su producción. Simplemente toda su creación ahonda sobre lo femenino. Para ella, ser frágil y sentir ya es de por sí una forma de empoderamiento.