La estrecha relación que la escultora Vivianne Duchini tiene con los caballos, hace que sus obras parecieran cobrar vida, a pesar del estatismo del bronce. El caballo a su vez, aparenta llevar con agrado sobre su pelaje el vestigio de la mano de la artista, creándose así una interesante simbiosis entre ambos. Desde Roma, con arcilla entre las manos nos cuenta sobre sus obras.
Dolores Lamarca: La práctica de la escultura de animales parece ser algo típico de los siglos pasados, sin embargo tus esculturas tienen algo de la tradición clásica combinada con una estética contemporánea. ¿Cuál es la razón de dedicarte casi exclusivamente a representar caballos?
Vivianne Duchini: A muy temprana edad tuve un acercamiento especial hacia ellos. Al practicar equitación, el binomio jinete y caballo se convierte en uno, compartiendo el mismo deleite por el deporte y las necesidades de uno y del otro. Pasé mucho tiempo relacionándome con este animal, observando su comportamiento, sus movimientos, sus actitudes. Esto me llevó a representarlo artísticamente.
DL: El año pasado precisamente el 19 de marzo, hubieras inaugurado tu última muestra en los jardines del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. Debido al aislamiento social, sólo pudiste mostrar tus obras a partir el último trimestre del 2020 y enero del 2021. ¿Qué conclusiones sacaste de esa experiencia?
VD: El Museo me dio la posibilidad de mostrar mis obras en un marco ideal como es el recientemente restaurado jardín. Las obras se lucieron magníficas y lamentablemente el marco de la pandemia hizo difícil su visualización.
DL: Las obras de grandes dimensiones de esa muestra fueron tituladas con palabras conceptuales como: Limerencia, Utopía, Bonhomía, Resiliencia y Empatía. ¿Responden a algo especial?
VD: Al momento de la creación fueron surgiendo los nombres que resultaron ser los sentimientos propios de los caballos frente a diferentes situaciones. Este animal es el espejo de los sentimientos humanos. Al momento de la pandemia todos nosotros estuvimos viviendo esos sentimientos a flor de piel justamente después de que las obras fueron creadas.
DL: Algo que asombra al espectador es la magnificencia de la escultura y su realización. ¿Nos podrías contar de manera simple que técnica utilizas para tus obras y cómo nacen tus obras?
VD: Mi trabajo parte del boceto que realizo en mi taller, luego modelo la obra en arcilla en la fundición. Una vez que finalizo el modelado original en su dimensión real, comienza el pasado a bronce a la cera perdida. Todo este largo procedimiento se realiza en la fundición Buchhass con su grupo de técnicos que colaboran conmigo. Una vez terminado el armado y cincelado de la obra, se realiza la pátina llegando a los resultados esperados. Todas mis obras son resultado de una larga, constante y minuciosa observación e investigación. Gracias a esto fui adquiriendo conocimientos que me guían e inspiran al momento de crear nuevas proyectos. Mis emociones internas las expreso ahí, al concretarlos.
DL: Aparte de los caballos también tienes pasión por los perros. ¿Por qué específicamente por los galgos? ¿Será por su estilizada elegancia o por alguna otra razón?
VD: Tengo una relación muy particular con los galgos, especialmente por ser tan sufridos ya que se los utilizaba para carreras, sintiendo la necesidad de rescatarlos de eso. De hecho tengo dos adoptados, colaboro para evitar su abandono. Los galgos son muy estéticos y se convirtieron en musas de varias de mis obras
DL: ¿Cuáles fueron los mejores reconocimientos en tu carrera artística y qué significa ser escultora mujer de un tema tan específico y de grandes dimensiones?
VD: Mi mayor reconocimiento es el apoyo familiar que tuve durante todos los años de mi trayectoria el cual me permitió crecer y mantenerme fiel a mi estilo y capacidad artística. Ser mujer no es ningún impedimento, en absoluto, menos al momento de la creación que es infinita. Al mirar hacia atrás tomo conciencia del largo camino recorrido y de los grandes logros que he obtenido.
DL: La última vez que nos vimos estabas luchando por un gran sueño, y actualmente te encuentras en Italia preparándote para un nuevo proyecto. ¿En qué consiste el mismo?
VD: Mi gran sueño era realizar una obra en Florencia, la cuna del arte. Durante la pandemia recibí una invitación para participar en una muestra en el marco de la Bienal de Venecia 2022. Esta fue una gran oportunidad para concretar mi sueño en esa ciudad. No dudé en aceptar y crear el boceto para este gran proyecto. La obra que estoy a días de comenzar, titulada Tocante, también tiene relación con la pandemia. La misma refleja la fusión de dos caballos en actitud de un abrazo.
Despidiéndome de Vivianne me viene a la mente un escrito de Marcelo Renard, sobre la representación de los animales en el arte. Uno de los conceptos señalados, es que los mismos no posan según el deseo del escultor, sino que es éste quien debe esperar el momento en que el animal le regale su alma, y eso es precisamente lo que hace esta singular artista argentina.
