Arte
Marcos López: más de 90 obras inéditas en la muestra “Clásico y moderno” exhibida en el Centro Cultural Borges
Pía Dalesson
Lic. en Artes/ Gestora cultural
comunidadpanarte@gmail.com

La muestra inédita (y prolífica) del artista argentino Marcos López, se presenta en la fotogalería del primer piso del Centro Cultural Borges. Se compone de más de noventa obras agrupadas a modo de mosaicos.

Se trata de fotografías antiguas de gelatina de plata, pintadas e intervenidas a mano con todo tipo de materiales.  Encontradas en anticuarios y mercados de pulgas de Buenos Aires y otras partes de Latinoamérica, estas imágenes se transforman en una especie de “surrealismo precario” en sus propias palabras, conservando al mismo tiempo la magia original de la fotografía antigua.

© Sala Clásico y Moderno, Marcos López, Centro Cultural Borges/ Ph: Guido Limardo

El montaje es un “Exceso”, un ejemplo del “más es más” barroco que define al artista del “Pop latino”, en donde se ponen en juego la agrupación, los marcos, y en algunos casos las intervenciones sobre la pared misma del museo, herramientas que continúan la imagen.

En palabras de Marcos López:

“con la pandemia, la ecuación de pintar, de las fotos antiguas y de quedarme dentro de mi casa fue una excusa perfecta para terminar una serie de más de cien fotos pintadas a mano. Tengo cajas llenas. Todo este último tiempo fue un trabajo de laborterapia ocupacional. Los temas se repiten y son todos temas centrales a mi estructura emocional, cultural, de identidad y de formación y de traumas irresueltos: el pecado, la culpa, la formación católica, patriarcal, autoritaria y los casamientos para toda la vida.

La fotografía antigua —copias de plata gelatina— tiene una fuerza energética, un aura, un misterio muy potente: en principio tiene un autor y aparece gente de verdad. Entonces, el hecho de pintarles encima de una novia un fuego o un cocodrilo, o un lobo que amenaza con comerse a una niña (cuyo vestido de comunión transformo en el de Caperucita Roja), me hace pensar qué derecho tengo yo para pintarle unos cuernitos de diablo, al mismo tiempo que me da un placer enorme —ya que implica soltarme en un trazo infantil sin bocetos— y también me da culpa.

Siempre traté de ser “transgresor” con mi obra y siempre lo viví con miedo y culpa. Esos sentimientos están en esta muestra. ”

© Marcos López, “Caperucita”

Si bien los temas a lo largo de la sala se entrecruzan, hay cierto núcleos temáticos agrupados por sectores, como las “novias”, el aislamiento durante la pandemia, o los “diablos” con cuernos y lenguas.

La niñez es un eje que atraviesa muchas de las obras, como un lugar de exploración a partir del cual contar historias. A partir de una imagen Marcos López teje una relato inventado en donde los mandatos familiares se diluyen y se abren nuevas puertas para la liberación. La infancia también aparece como un lugar de juego y cobijo. Un retrato de sus padres se continúa a través de la pintura, a partir del recuerdo, que transporta al artista a un lugar feliz al cual siempre recurrir.

© Sala Clásico y Moderno, Marcos López, Centro Cultural Borges/ Ph: Guido Limardo

La muestra puede visitarse hasta el 2 de octubre en la fotogalería del 1.er piso del Centro Cultural Borges, Viamonte 525, Buenos Aires, con entrada gratuita.


© Sala Clásico y Moderno, Marcos López, Centro Cultural Borges/ Ph: Guido Limardo
© Sala Clásico y Moderno, Marcos López, Centro Cultural Borges/ Ph: Guido Limardo

© Marcos López
© Sala Clásico y Moderno, Marcos López, Centro Cultural Borges/ Ph: Guido Limardo
© Marcos López, Centro Cultural Borges/ Ph: Guido Limardo

 

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