Llegué a la revista de La Nación de la mano de Esteban Feune de Colombi. Ilustré su brillante columna “Remates” durante varios años. Sus textos cortos y filosos me lanzaron al ejercicio de producir una página semanal. Cuando aquella columna dejó de publicarse pasé a ilustrar los textos más largos y líricos de Francis Mallmann también con ritmo semanal.
¡Cuánto se produce bajo la presión de la fecha de cierre! Todos los lunes recibo un mail con un texto que rápidamente escaneo en busca de “lo dibujable”. En dos o tres días debo entregar una imagen lista para poner en la página. A veces ésta es evidente en el texto. Si la columna habla de limones paso por la cocina, me llevo un limón, lo pongo en mi estudio donde la luz lo favorezca y lo dibujo. Si en el texto es relevante un personaje googleo su foto y hago un retrato. Prefiero estos dibujos simples que asienten con complicidad a lo que dice el autor. Otras veces, cuando el texto es abstracto, lírico o metafísico, hay que imponerle una imagen porque no la tiene. En esos casos sufro un poco hasta hacer algo que conviva con el texto y con la página.
Idealmente los dibujos deberían tener una conversación poética con el texto que enriquezca al conjunto en favor de la página y de la revista. Me interesa el valor abstracto de las ilustraciones. Cómo embellecen visual y conceptualmente la página y por extensión la publicación entera y, yendo más allá, la experiencia del lector. Busco llevarle una felicidad visual a la persona que va a ver ese dibujo. Alguien lo verá pasar en la pantalla del celular, alguien mientras hace asado el domingo, alguien en una sala de espera meses después de haber sido dibujado. Espero que les llegue el amor.
Para renovar semanalmente el entusiasmo busco que estos dibujos se entrelacen con los demás intereses artísticos que me ocupan y son una excelente ocasión para experimentar públicamente con conceptos y materiales que vienen de otros ámbitos: ideas cromáticas, formales o técnicas que provienen de lecturas, películas, músicas, muestras, viajes, etc. A su vez, imágenes inspiradas por estos textos terminan mezclándose en cuadros, serigrafías, libros, cuadernos, zines y el sinnúmero de otras cosas que produzco. Expuse impresos de estos dibujos en Buenos Aires, Rio, LA y Shanghai.
A los autores que escriben los textos que ilustro y a los editores que los publican: ¡gracias! Enriquecen mi vida enormemente. Siento con ellos un vínculo amable. Mantenemos un diálogo que se imprime todas las semanas.
KALIL LLAMAZARES (Buenos Aires, 1971) es artista visual. Estudió Diseño Gráfico en la UBA. Trabajó en publicidad, gráfica, cine, TV, libros, revistas y otros medios. Actualmente ilustra la columna de Francis Mallmann en la revista dominical del diario La Nación.
© Imágenes gentileza Kalil LLamazares/ La Nación Revista
