Arte
Colección Pampa: un paso hacia la digitalización del patrimonio artístico argentino
Agustina Rinaldi
Colaboradora
comunidadpanarte@gmail.com

El cierre de los espacios museísticos por el avance del Coronavirus en la Argentina incentivó -y obligó- a los espacios de arte a repensar sus dinámicas para poder seguir conectados con sus públicos a través de la virtualidad. Durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio las exhibiciones presenciales se convirtieron en recorridos virtuales y las actividades cuerpo a cuerpo mutaron en encuentros por Zoom. A pesar del crítico contexto signado por la pandemia, el acercamiento de las Instituciones a las diversas plataformas provocó que comprendieran la importancia de comenzar a gestar redes que les permitieran comunicarse con espacios de otras provincias y países para poner en común las problemáticas que actualmente -y desde hace años- amenazan con desequilibrar la escena cultural local e internacional.

© Valentin De Marco. El Arte-Contemporaneo es Argentino. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra

Mientras arteBA recurría a Artsy para celebrar su última edición de manera virtual, la Cámara Argentina de Galerías de Arte Contemporáneo, Meridiano, impulsaba Panorama -que gracias a una atractiva campaña web permitió a los usuarios acceder a más de 130 espacios de arte distribuidos en 17 provincias- y la Red Argentina de Museos y Espacios de Arte (RAME) daba sus primeros pasos con el objetivo de buscar soluciones en conjunto ante el cierre de los espacios museísticos, la Fundación Leo Werthein comenzaba a gestar la Colección Pampa, formada por más de 300 piezas de artistas argentinos que ya se encuentran online.

Si bien el hecho de digitalizar las obras para el disfrute y estudio en pandemia se vio incentivado por la imposibilidad de poder acercarse cuerpo a cuerpo a los museos, esta acción generó consecuencias impensadas que llevó tanto al equipo de la fundación como a otras Instituciones a seguir potenciando su vínculo con los visitantes a partir de las herramientas digitales. A pesar de las limitaciones por el estricto protocolo sanitario, sus puertas volvieron a estar abiertas, pero las acciones 2.0 siguen marcando sus agendas e invitando a artistas, curadores, comunicadores, pensadores y directivos a seguir tejiendo redes más allá de las fronteras. “Nos dimos cuenta de que sería bueno seguir implementando los recorridos virtuales, aunque no se volviera atrás en el cierre de los espacios. Por ejemplo, una visita de una hora y media por las ferias online antes de que el público se acerque de manera presencial. Una vez en el espacio, gracias a ese pantallazo previo podrán saber por dónde ir y en qué profundizar”, comentó Laura Batkis, curadora de la Colección Pampa, sobre uno de los tantos beneficios que arrojó el acercamiento del arte a Internet.

La colección privada de la Fundación Leo Werthein está formada por más de 300 obras argentinas, fue curada por Batkis y dirigida por Álvaro Rufiner; hibrida el trabajo de artistas icónicos como Antonio Berni, Alberto Greco, Xul Solar, Emilio Pettoruti, Jorge de la Vega, Clorindo Testa, Graciela Hasper y Julio Le Parc con piezas emergentes representadas por Valentín de Marco, Nina Kovensky y Santiago Licata. El pasado se conecta con el presente generando infinitos puntos de contacto; en emblemáticos trabajos que marcaron los movimientos artísticos argentinos más representativos podemos encontrar anclajes contemporáneos poniendo en jaque la cronología e invitándonos a identificarnos con cada pieza más allá de su época y vanguardia a través de una inevitable resignificación.

© Nina Kovensky. Serie Sombra Selfie (pieza u?nica) 2018 Escaneo de celular impreso sobre papel de algodo?n 30 cm X 42 cm. Gentileza Fundación Leo Werthein / PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Gimena Macri. Antes que llueva. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra

La digitalización de la colección, que duró más de nueve meses, fue ardua e intensa. Esta acción también contribuyó a dar un paso importante en la federalización del arte, poniéndole un freno al pensamiento ‘porteñocentrista’ de que orgánicamente las conexiones entre espacios artísticos se generan en Buenos Aires y aprovechando las herramientas digitales para democratizar el patrimonio cultural. “Es increíble darse cuenta de que tardamos mucho tiempo en tejer redes -más allá de Capital Federal- para conectarnos tanto con otros espacios como con visitantes, coleccionistas y teóricos de diversas regiones y países”, agregó Batkis haciendo hincapié en que más allá de la imposibilidad de viajar por el Coronavirus, para cualquier persona sería imposible visitar cada una de estas 300 obras (que se encuentran en diversas provincias y forman parte de colecciones privadas).

Si bien digitalizar el arte pensando en la democratización para el disfrute de todos es válido, hay que remarcar que poner en la web el patrimonio cultural al alcance de los ciudadanos es necesario para el estudio y consecuente generación de nuevos conocimientos a partir de las obras, archivos e imágenes que marcaron a fuego una época. “El desafío será lograr digitalizar no solo las colecciones de los espacios museísticos estatales, sino las privadas. Esto sería fundamental para facilitar el trabajo de los curadores; conocer dónde está cada serie y a quién pertenece. Y así lograr que el arte llegue a otras regiones promoviendo el intercambio de obras”, reflexionó la curadora.

Aunque la digitalización del patrimonio cultural en su totalidad es tan dificultosa como costosa, artistas contemporáneos se pusieron al hombro la creación de archivos públicos que potencian diversas disciplinas salvaguardando el pasado mediante la recolección de documentos y generando colectivos de artistas que forman parte de esos campos de estudio con el objetivo de gestar proyectos colectivos. Por ejemplo, la impecable tarea de Natacha Voliakovsky en Argentina, Performance Art, la primera y única plataforma digital dedicada exclusivamente a la teoría de performance en Argentina, de Alfredo Srur en el Centro de Investigación Fotográfico Histórico Argentino (CIFHA), del Archivo IIAC llevado a cabo por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), que reúne las colecciones bibliográficas y documentales de artistas, escritores, historiadores e instituciones culturales, y la colección digital del Museo Nacional de Bellas Artes que exhibe en su web más de 2500 emblemáticas obras. El sueño de preservar la historia buceando en el pasado para comprender el presente e incidir con fuerza en el futuro -mientras nacen redes interdisciplinarias que conectan a los ciudadanos mediante las diversas disciplinas artísticas- parece estar cada vez más cerca de dejar de ser una utopía.

© Obra grilla: Valentin De Marco. El Arte-Contemporaneo es Argentino/ Obra Over: Nina Kovensky. Serie Sombra Selfie/ Obra encabezado: Roberto Jacoby, El culo te abrocho.  Gentileza Fundación Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra

© Emilio Pettoruti, Silencio al Sol. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Carmelo Arden Quin, Sin Titulo. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Nicolas Garcia Uriburu, Pareja de delfines. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Gyula Kosice, Gota Naranja. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Graciela Hasper. Sin Titulo. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Julio Le Parc, Secuencias Progresivas. Gentileza Fundación Leo Werthein / PH Catalina Romero @fotografiadeobra
© Santiago Licata. Casa en Banfield. Gentileza Leo Werthein/ PH Catalina Romero @fotografiadeobra
Siguiente:
ESTADO DE PERMANENCIA: entrevista con Mariana Ticheli.